Cada vez más me doy cuenta de que nuestra opinión en torno a la gastronomía tiende a tener una tremenda componente emocional. Hace un tiempo en una cata de Gin&Tonics un asistente comentaba que la mejor preparación de aquel combinado que había probado nunca, la conoció en uno de esos primeros atardeceres cálidos de mayo, sentado en la terraza de no recordaba que establecimiento, a unos metros de la arena de las playas de Guetaria, mientras escuchaba el romper de las olas del cantábrico y la brisa del mar acariciaba su rostro… Ni siquiera recordaba la ginebra. Obviamente este es Sigue leyendo