«Super Parker» y el vino de 1,5€

Robert Parker es un crítico americano que se dedica a valorar y calificar vinos por todo el mundo. Su palabra crea escuela y lo mismo lanza un vino al estrellato que moviliza al cambio a una región vitivinícola. Su labor se plasma en la revista «The Wine Advocate».

En esta ocasión  el milagro ha sido multiplicar los pedidos de una cooperativa de Valdeorras de 40.000 a 125.000 botellas solo para el mercado americano.

El vino en cuestión es un vino joven del 2010 elaborado con uva palomino fino (Jerez) en la cooperativa «Virxen das Viñas» con el nombre de Rúa. Ha obtenido 90 puntos en la escala Parker .

Esta zona geográfica ya tenía  representación con vinos de  más de 90 puntos en «The Wine Advocate». Por ejemplo, Bodegas Valdesil tiene todos sus vinos calificados por encima de esta nota.

La noticia es que este vino que nos ocupa se vende en los lineales de las grandes superficies a 1,5€. Bueno, se vendía porque se ha agotado. La bodega ha guardado un palé para su venta y disfrute en la próxima «Feira do Viño de Valdeorras» 

Nuestra  sincera felicitación al trabajo bien hecho a Julio Ricarte, enologo de esta bodega.

II Salón del Sumiller Rioja 2011

Logroño acogió en octubre del año pasado una cita de éxito en torno al mundo del vino de La Rioja, tanto es así que ya está en marcha la segunda edición, en esta ocasión se celebrará en el mes de noviembre, en la primera quincena, el Salón Sumiller Rioja 2011, un evento organizado por la Asociación Cultural de Sumilleres de La Rioja que congrega en este espacio a profesionales del sector de las distintas provincias españolas.

El Salón Sumiller Rioja 2011, de acceso exclusivo para profesionales nacionales de la sumillería, está diseñando el programa con el que dar a conocer a los asistentes las novedades del mercado, intercambiar experiencias y opiniones, asesorar en las distintas áreas en las que el sumiller desempeña su labor, promocionar la cultura del vino y la formación continua de los profesionales, etc.

Dado que el programa se está creando, la web de la Asociación todavía no ofrece más información sobre la celebración de este evento enológico, pero como en la pasada edición, se presentarán los nuevos vinos amparados bajo la Denominación de Origen La Rioja.

El Salón Sumiller Rioja es un evento organizado por sumilleres para sumilleres, 30 bodejas riojanas presentaron sus vinos a los 170 sumilleres que acudieron en la primera edición, cifra que se espera superar gracias a que en este punto de encuentro se dan a conocer y se pueden catar los vinos de La Rioja que aún no han salido al mercado.

Un canal de comunicación directa, una fuente de aprendizaje, de ampliación de cultura y de anticipación para conocer los Riojas del futuro próximo con más de un centenar de referencias, vinos clásicos y nuevos vinos que se elaboran para satisfacer a los apasionados de esta bebida con nuevos matices.

También tendrán lugar catas y presentación de otros productos agroalimentarios, otra interesante actividad para los profesionales de la sumillería que desde ya, deberían reservar en su agenda unos días para acudir a este salón del que os seguiremos informando en cuanto se haga público su programa.

Fuente: Gastronomía y Cía

El misterio de las patatas fritas

A primera vista, no hay un plato más fácil de cocinar que las patatas fritas: se coge aceite, se calienta y se echan las patatas bien cortadas. Por desgracia, no todo es tan sencillo. Para una buena fritura se debe usar un aceite tan caliente como se pueda, ya que esa costra crujiente ¾debida a la coagulación de las moléculas de la superficie¾ debe formarse lo más deprisa posible para impedir que el aceite empape la patata. Tampoco hay que echar muchas patatas en el aceite, ya que al hacerlo bajamos su temperatura y lo que obtenemos son deliciosas patatas aceitosas. Para impedir semejante descalabro, nada mejor que usar abundante aceite.

El principio subyacente a toda fritura es bien sencillo. El aceite se puede calentar por encima de los 100 grados. A esas altas temperaturas la superficie de las patatas coagula formando una costra seca debido a que el agua se ha evaporado. Por eso es importante que lo que vayamos a freír esté seco: no sólo evitaremos las peligrosas salpicaduras sino también una innecesaria pérdida de calor destinada a eliminar el agua de la superficie de la pieza, pues recordemos que pasar el agua de líquido a vapor consume una considerable cantidad de energía.

Otra forma de freír patatas es con mantequilla clarificada. Como la definió un químico, es mantequilla “desembarazada de todo menos de esa deliciosa grasa láctea, obstructora de arterias y altamente saturada”. ¿Y qué le quitamos? Agua y proteínas sólidas –esas particulillas marrones que desprenden humo a unos 120º C. Podemos proteger la mantequilla echando un poco de aceite, que eleva la temperatura de “ahumado” a 220º pero que no impide la aparición de ese tono marrón–. La receta es bien simple: una serie de capas de patatas untadas con mantequilla y espolvoreadas con pimienta. Se empieza en la sartén y se acaba en el horno.

Pero me resisto a dejar pasar por alto uno de los alimentos más conocidos de los llamados de destrucción total: las patatas chips. Ya sé que no son santo de devoción de gourmets, pero es un ejemplo perfecto de excelente ingeniería alimentaria. En ellas todo está estratégicamente calculado. La pequeña pelea que hay que tener para poder abrir la bolsa de patatas está estudiada para ponernos en situación de lo que va a acontecer acto seguido: zamparnos una comida crujiente.

A la hora de diseñar una patata chip hay que tener claras unas cuantas cosas: primero, que el crujido sea audible. Y bien audible. El primer truco para conseguirlo es hacer las patatas grandes. De este modo, tenemos que morderlas antes y hace que tengamos la boca abierta al masticar con lo que el crepitar se hace más audible que si tuviéramos la boca cerrada. Cuando la patata ya se encuentra dentro de la boca e inundada por saliva, se debe salvar una situación peligrosa: que se reblandezca tanto que al seguir mordiéndola no cruja.

Para mantener el crujido debemos echar un vistazo a cómo la naturaleza ha conseguido que las zanahorias lo hagan mientras nos las comemos: sus células están rellenas de agua que estallan al ser mordidas. Por esto al comer una manzana o una zanahoria salen chorros de agua disparados a una velocidad de más de 160 km/h. La fuerza del estallido depende de lo rígidas que sean las paredes de las células, esto es, de lo que resistan antes de que exploten. En el caso de las patatas, quienes las diseñan no introducen agua, porque las reblandecería si tienen que estar mucho tiempo en las estanterías, sino algo mucho más barato: aire. El volumen de cualquier patata chip está compuesto aproximadamente por un 80% de aire. El aire, que es gratis y se consigue abriendo la ventana, al encerrarlo en un volumen muy pequeño se puede vender al precio de patata frita.

Para conseguir la consistencia necesaria las patatas llevan una buena cantidad de almidón, el mismo que se usaba para dar rigidez a los cuellos y puños de las camisas. Pero el almidón por sí solo no consigue el objetivo buscado. Hay que añadir grasas para evitar que el almidón se pulverice. Las patatas se empapan en grasa que suele ser el producto de deshecho de otros procesos de fabricación de alimentos: entre el 40 al 60% del peso de la patata es grasa congelada, a lo que se le añaden sustancias que le dan un sabor muy fuerte.

Almidón, grasa solidificada y aire: estos son los componentes de esta obra maestra del diseño alimenticio.

Texto: M. A Sabadell
Fotos: autor

Una noche de Tocata

El primer taller de gintonic  en el café bar Tocata fue un evento de novedades.

En esta ocasión el director del taller, Manu Jiménez, buscaba enseñarnos las últimas tendencias en la elaboración del gintonic.

Las ginebras para mezclar fueron: Plymouth, Nº3, Larios 12, Hendricks y G´Vine Nouaision.

Se usaron además de los botánicos habituale distintas infusiones,  elaboradas por Manu,  y alguna fruta exótica.

Al finalizar la degustación los amigos de Tocata nos ofrecieron un aperitivo y nos regalaron una entrada de cine a cada uno.

¡Os esperamos en la próxima!

Os dejamos unas cuantas fotos.