Consumiendo esparragos ¡por la nariz!

Un grupo de cocineros  británicos han desatado un tremendo escándalo  a partir de la original presentación de unos simples esparragos. Han deconstruido el espárrago, y tras someterlo a diferentes técnicas de procesado  han obtenido unos polvos similares a la cocaína. No contentos con ello, han decidido ofrecerlos a los selectos comensales de su restaurante en forma de rayas, cuidadosamente preparadas sobre  espejos rectangulares, para ser esnifadas con un rulo  que imita a un billete enrrollado.

 Las voces críticas no se han hecho esperar, aduciendo que se está dando una pátina de glamour al consumo de drogas (como si el cine no llevara haciendo eso mismo durante décadas).

Lo más gracioso del asunto es la coincidencia con el precio: 60 euros el gramo.

Dejando a un lado la propuesta, sin ninguna duda, buscando el escandalo y, a partir de ahí, la publicidad, Michael Collins, director de la innovadora y vanguardista Bubble Food, garantiza una experiencia sensorial inolvidable.

Bubble Food es una empresa dedicada al catering usando las técnicas más novedosas de procesado de alimentos unidas a una presentación en servicio muy cuidada. Su lista de clientes habituales es de lo más selecta.

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