Benjamin Thomson fue un físico americano de finales del siglo XVIII interesado, entre otros temas, en la conducción térmica y en las técnicas de mejora de la iluminación. De origen humilde consiguió estabilidad económica casandose a los 19 años con una viuda rica que duplicaba su edad. Fue nombrado caballero y llegó a ser conde de Rumford en 1792. Se convirtió en experto en las propiedades de la seda, material de gran importancia económica en esa epoca, y asesoró a los militares diseñandoles medios de guerra y uniformes. Fue en este estadio cuando observó el efecto de aislante térmico que tenía una película de aire atrapada entre dos telas. Con objeto de demostrar este último punto utilizó la textura aérea de una clara de huevo batida y frita para encerrar en su interior un helado y posteriormente flambear ron sobre el ingenio comprobando que el helado conservaba su textura ajeno al aumento de la temperatura exterior durante más tiempo que si no se lo vestía con la tortilla de clara de huevo.
Aprovechando el descubrimiento gastronómico, Rumford bautizó el postre como «tortilla noruega», quizás porque el interior permanecía helado como Noruega.
En Estados Unidos se rebautizó la «tortilla noruega» como «tortilla Alaska», por aquello de la cercanía, pero hasta finales del XIX no se puso de moda con la variante parisina que consitía en un merengue recubriendo un bizcocho emborrachado en kirsh que posteriormente se flambeaba con ron o brandy, a elección del comensal.
Como anécdota, Rumford fue el primero en definir la candela como unidad de medida para la iluminación, definición vigente hasta nuestro días.