¿Qué es la cata brasileña?

La cata brasileña es el método más utilizado para evaluar los cafés de origen. Se trata de una cata que permite poner a examen las características más importantes del producto y que sirve para otorgar una puntuación al café.
Una de las características de la Cata Brasileña es que presenta el café de 4 formas diferentes: en grano verde, en grano tostado, en grano molido y en infusión. En esta cata el café no se presenta preparado como estamos acostumbrados. Se infusionan 8,5g de café en 150ml de agua a punto de entrar en ebullición (unos 93 grados).

Que_es_la_Cata_Brasilena

Para poner en marcha una cata de estas características es necesario disponer de una taza  fabricada en cerámica o cristal y con una capacidad de unos 200ml. Además, se utiliza una cucharilla para catar: amplia y redondeada. También es necesaria una hoja de control de cata en la que anotar las puntuaciones de cada una de las características del café.

¿Qué se puntúa en una cata Brasileña?

Fragancia: se evalúa en el café molido y define la frescura de la muestra según la intensidad.

Aroma: esta característica se puntúa oliendo la infusión y aspirando fuertemente. El café puede desprender sensaciones dulces o pungentes.

Sabor: es la característica principal del café y se evalúa probando la infusión. La puntuación tiene en cuenta la complejidad y calidad, así como la intensidad.

Retronasal: es decir la sensación que se genera a partir de los vapores producidos en la boca cuando se sorbe el café

Postgusto: es el sabor que permanece en la boca. Se evalúa su duración y la sensación que produce. Si fuera corto o poco agradable se puntuaría de forma negativa.

Acidez: si es demasiado intensa puede resultar desagradable pero si la acidez de un café está equilibrada ayuda a potenciar el dulzor y las características del producto.

Cuerpo: el cuerpo es la sensación táctil del café en la boca. Ayuda a detectar la cantidad de aceites en la bebida.
La cata empieza con la molienda del café en grano. En este momento se depositan en la taza y se evalúa la fragancia del molido, la intensidad de la misma revela lo fresco que está el café.

En segundo lugar se vierte el café y se deja reposar unos 4 minutos. Has ta que pasen este tiempo con la cuchara de cata se agita levemente para que se desprendan los vapores. Este paso nos sirve para evaluar el aroma del café.

Cuando el café se ha enfriado ligeramente (hasta los 70 grados aproximadamente) llega la hora de probarlo y evaluar su sabor. Hay que retirar la capa de los posos y utilizar la cuchara para sorber fuertemente con los labios fruncidos para que el líquido se expanda por la boca. En este punto se puede evaluar el sabor y el postgusto.

Cuando el café va perdiendo temperatura es más fácil evaluar el cuerpo del café y su acidez. Se trata de un análisis más profundo que puede ayudar a detectar si existe algún defecto en el producto.

La escala de puntuación tiene un máximo de 100 puntos. Los mejores cafés son aquellos que superan los 80 puntos.

 

Fuente: www.cafescandelas.com

 

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